Alejandro Hoz es director de la escuela de árbitros de la Federación cántabra de balonmano además de árbitro de División de Honor nacional. 

 

 

¿Crees que en el balonmano y particularmente en Cantabria son habituales situaciones de violencia? ¿Cómo valoras la situación del comité cántabro en este aspecto?

 

Afortunadamente no son habituales. Los mayores problemas surgen desde la grada y vienen de los padres. Violencia no es solo pegar o amenazar con hacerlo, violencia es lanzar improperios constantemente y hacer que alguien se sienta atacado. Hemos trabajado en un protocolo de actuación en caso de violencia conforme a la ley del deporte base en Cantabria.

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¿Normalmente ese tipo de comportamientos de dónde vienen precedidos?

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De casa sin duda. Si en tu vida eres agresivo, no consigues empatizar con los demás y te importa muy poco dar el cante tienes todas las papeletas para ser un agresivo en un campo. Luego también los encontramos los que denominamos "el padre de Messi", que es aquel que quiere olvidar sus frustraciones con su hijo.

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¿Cuál crees que es el principal foco de conflicto? (grada, entrenadores, jugadores…)

 

Como ya he dicho y desgraciadamente la grada. Todos los demás , como norma general suelen respetar las costumbres más "cívicas"

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¿Cómo se trabaja desde el CTA y la Federación Cántabra para evitar este tipo de situaciones?

Como ya dije tenemos un protocolo de actuación. Además de actuar regularmente como corresponde si se produce este comportamiento dentro del campo, si se produce en la grada el árbitro dará dos avisos y al tercero tendrá que abandonar el pabellón. Los árbitros están correctamente formados y trabajamos semanalmente para que se aplique de la mejor forma posible.

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¿En vuestro caso y con varias mujeres en la plantilla, ha habido algún caso machista en encuentros dirigidos por mujeres?

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Siempre hay descerebrados, Cavernícolas existen todavía y creo, desgraciadamente, que solo aprenderán a base de sanciones. Hemos tenido, si, pero siempre de forma aislada y nunca llegando a ser nada grave más allá de la falta de respeto.

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